Padre creador, Te doy gracias por el maravilloso día que termina. Gracias por todas las cosas que ocurrieron, por los momentos de alegría, por las personas que lo vivieron conmigo, por el amor que he recibido y compartido, por la inspiración recibida para realizar las cosas mejor, por permitirme ser más compasivo. Gracias, Padre, por ayudarme a colocar mi granito de arena para construir un mundo más justo y solidario. Acompáñame, Padre, en mi descanso, y fortalece mi voluntad de seguir adelante, en el camino del amor y la paz. Amén.
En el principio, fuimos luz en la unidad del Padre. Aquí encontrarás algunos destellos de esa luz para iluminar el camino de aprendizaje espiritual que nos reintegre a la unidad.